La Casa de la Toba

En el corazón de la Serranía de Cuenca se encuentra la Hoz de Beteta. Forma parte del Monumento Natural Hoz de Beteta y Sumidero de Mata Asnos, que se encuentra en los términos de Beteta y Carrascosa.

La Hoz de Beteta pertenece al pueblo del mismo nombre (herencia de su nombre romano: Vétera) y ha sido formada por el discurrir del río Guadiela. Se pueden observar precipicios y pequeñas cuevas en los mismos donde anidan los buitres, mientras por el fondo de la hoz se disfruta del frescor de la vegetación de ribera, cuyo elemento más singular es la presencia de tilos (Tilia platyphyllos).

Este enclave constituye el extremo meridional de su distribución en España.

La construcción de un canal que recorre la Hoz corrió a cargo, entre otros, del "tío Paulino". Paulino Puerta vivió en esta zona durante muchos años y construyó su propia casa excavada en la roca tobácea (travertino) que es fácil de horadar con un hacha. Esta casa es conocida como "La Casa de la Toba" y es un ejemplo espectacular de integración del hombre con la naturaleza; paisajismo en estado puro:

Junto a la casa construyó, en el año 1943, esta fuente, que por falta de mantenimiento no tiene agua... una lástima:

Junto a una valla que limita el acceso, a través de unas escaleras talladas en la roca que suben al techo de la vivienda (que parece la parte de arriba de una pequeña colina), encontramos un tilo centenario de una belleza sin igual:

A la izquierda de la valla hay un horno con su chimenea, construido de la misma forma:

Hojas de tilo:

El patio que hay a la entrada de la casa tenía un emparrado. Actualmente se conserva la estructura a base de cables, preparada para la vid, pero la parra (de gran edad) ha tomado otro camino y se ha aventurado por las ramas de los árboles que le rodean. Además hay un cerezo espectacular, que por falta de cuidados está degenerando y ha perdido su belleza de antaño:

El entorno es precioso:

Desde esta barandilla se aprecia la ventana de la Casa de la Toba asomándose al precipicio del edificio tobáceo en el que fue excavada:

Y al lado de la barandilla está la puerta de entrada:

Las vistas nos permiten observar la entrada a la Cueva de la Ramera, en la que se han encontrado enterramientos de la Edad del Bronce.

Existe la posibilidad de realizar visitas guiadas en pequeños grupos a esta cueva, a la que se sube gracias a una estructura metálica en cuyo interior hay escaleras:

Hay muy poco sitio para detener el coche y visitar la Casa de la Toba, pero no suele haber nadie:

A lo largo del borde de la carretera, en la roca, econtramos numerosas plantas, muchas de carácter rupícola propias de esta zona:

Un ejemplo es Antirrhinum pulverulentum. De la familia Scropulariaceae:

Un Verbascum sp.:

Sedum sp.:

Algún tipo de amapola, con la flor preparándose para abrir. Papaver sp.:

Una Reseda sp. (Resedaceae):

Y euforbias (lechetreznas), que me encantan. Concretamente la siguiente es Euphorbia serrata:

Las euforbias que hay por el campo me han fascinado desde pequeña por sus colores y por sus extrañas flores. De cerca parecen pequeñas joyas:

Ofrecen néctar a los insectos:

Pienso que este es un tipo distinto de euphorbia, pero no estoy segura:

Y de repente nos encontramos con un Echium (viborera), de un tamaño mucho más modesto que el de sus vecinos canarios:

¡¡Más euforbias!!

Podría ser Euphorbia helioscopia:

Sarcocapnos enneaphylla, perteneciente a la familia Papaveraceae (igual que las amapolas y las fumarias), se da en rocas en las que se acumulan nitratos y fosfatos, muchas veces provenientes de los excrementos de aves o debidos a la cercanía a poblaciones humanas:

Las hojas son algo carnosas, lo que hace que me gusten especialmente, ya que me encantan las plantas carnosas:

Y aquí termina nuestro paseo por la Casa de la Toba y las plantas rupícolas.