El canal

¿Alguna vez habíais pensado en una excursión consistente en pasear por el muro de un canal?

Normalmente no es algo que se nos ocurra. De hecho, no es algo apto para los que teman las alturas. Acompañarme y os enseñaré un tramo del camino y cómo se adentra por una hoz (un cañón fluvial estrecho) impresionante.

Todo empieza en la presa de Chincha, en la Serranía de Cuenca:

En su día aprovecharon la gran roca existente, por la que seguramente discurría una cascada, para construir el muro de la presa:

Una vez pasado el muro, podemos ver la minicentral eléctrica y un canal que encauza una cantidad de agua del embalse para conseguir altura varios kilómetros más adelante y aprovechar la cota del agua, que permite obtener energía en otra minicentral hidráulica situada en la Herrería de Santa Cristina, aldea perteneciente al término de Carrascosa.

Después de pasar por la presa, el río se adentra en una hoz prácticamente inaccesible. Es la Hoz del Guadiela, que gracias a su difícil acceso recibe otro nombre mucho más popular: la Hoz de Tragavivos.

Las únicas maneras de adentrarse en este paraje son a pie. Pero el camino es muy penoso debido al sotobosque, muy cerrado, conformado por bujes (Buxus sempervirens) y otros arbustos. Gracias a la construcción de este canal, uno puede darse un paseo relativamente cómodo y enfrentarse cara a cara con las moles de piedra de la hoz. Eso sí, tendrá que caminar por un muro de unos 35 cm de ancho aproximadamente, con agua de dos metros de profundidad hacia un lado y caídas de varios metros de altura, en algunas ocasiones, hacia el otro:

Antes de llegar a la parte en la que la hoz se hace estrecha, pasamos por antiguos restos, que imagino se remontan a la época de la construcción del canal, en el siglo XX:

Junto a los restos de esta pequeña torre hay una estructura rota, que permitiría pasar materiales de un lado al otro del río. El material oxidado no deja de proporcionar un aire romántico al lugar, y más en un día lluvioso y con niebla como el de las imágenes:

Aunque no lo parezca, si te asomas hay una buena caída...

Pero sigamos...aún nos queda por andar un trecho sobre el muro del canal:

Se empieza a abrir el paisaje:

El bosque se cierra cada vez más y se divisa alguna caída de agua:

Ahí están los cortados de la Hoz...aún más imponentes en días sin niebla:

Disculpad pero llovía bastante y la lente se llenaba continuamente de gotas de agua:

Esta zona de la Hoz de Tragavivos destaca por un impresionante anticlinal (pliegue geológico) con paredes rocosas de 100 y de 50 metros de altura.

La pared rocosa llega hasta la base del río en lo que se conoce como el Estrecho de Madereros (no hay que olvidar que por estas aguas se ganaron la vida los gancheros, bajando fustes de pino, ayudados por la fuerza del río, desde la montaña hasta Madrid o hasta donde fuera requerido):

Más detalles:

Aunque se puede seguir por el canal, en esta ocasión nos volvemos. Aquí no se aprecia la caída que hay, pero mejor no resbalarse en este tramo (para hacerse una idea hay una persona caminando al fondo):

Cuando se regresa a la presa...

Se aprecia de nuevo el tamaño de las rocas, junto a la central eléctrica y la presa:

Y la barbaridad de agua que sale por el aliviadero de la misma:

¡Espero que os haya gustado!