El otoño tiene una luz especial. Muchos de los mejores atardeceres que he visto coinciden con la época de otoño y con la primavera. Aquí el sol se esconde e ilumina con sus últimos rayos del día la Hoz del Guadiela (Tragavivos), en la Serranía de Cuenca.
La zona es rica en pinos, especialmente Pinus nigra, enebros y sabinas. También hay encinas. Todos ellos son plantas que no pierden las hojas en invierno, al igual que los arbustos como el romero o el boj. Eso hace que, a primera vista, parezca que el otoño no brinda tanto espectáculo a estas tierras como a otras. Sin embargo, si ponemos más atención y si nos acercamos a los cauces de los ríos o a los embalses y lagunas, hay gran cantidad de color.
En ese caso los responsables son arces, álamos temblones, chopos, cornicabras, guillomos, robles quejigos, etc.
Algunas cornicabras (Pistacia terebinthus) empiezan a aportar pinceladas de color al principio del otoño:
Mientras que chopos y álamos adornan el borde de los embalses:
Destacan en días de niebla:
Se me olvidaban los tilos, sauces, fresnos, avellanos, olmos y mostajos.
Si añadimos un color especial en el agua de las lagunas obtenemos esto:
Para mi son lugares para soñar y relajarse:
Tus paisajes son preciosos siempre, Lisa, pero en otoño resultan impresionantes! Debe ser emocionante contemplar esos parajes en persona. Gracias por compartirlos.
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
EliminarHola Lisa, que maravilla, me encanta. Las fotos son preciosas. Un beso enorme y feliz semana.
ResponderEliminar¡Muchas gracias Lola! otro beso.
EliminarEstos también son preciosos. Un beso.
ResponderEliminarMuchas gracias Teresa :)
EliminarSon paisajes magníficos y bucólicos. No tienen nada que envidiar a ningún otro! Y la fotógrafa ya ni te cuento... De postal :)
ResponderEliminarMuchas gracias Jose Luis :D. ¡Se hace lo que se puede! pero esta claro que el lugar ayuda :)
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