01 julio, 2013

Las plantas carnívoras de la Hoz de Beteta

Ya hemos hablado antes de la Hoz de Beteta, concretamente de La Casa de la Toba. Se trata de una zona en la que el río Guadiela, afluente del Tajo, atraviesa una "hoz" o garganta de rocas de carácter calcáreo. Pertenece al pueblo de Beteta, cabecera de comarca.

La hoz está recorrida por una carretera de estupendas vistas que podemos seguir para descubrir algunos de los rincones que este paraje esconde.

Empezamos por la Fuente de la Carrera, que está rodeada de tilos, álamos temblones y avellanos. Encontramos junto a esta fuente un haya, especie no característica de la zona y que según he oído ha sido plantada.





Las hoces que forma el Guadiela en esta zona constituyen el límite de la distribución meridional del tilo (Tilia platyphyllos) en la Península Ibérica. Se trata de un relicto de los antiguos bosques eurosiberianos que poblaron esta zona en la época de las grandes glaciaciones, cuando reinaba un ambiente más frío y húmedo. Al retirarse los hielos esta vegetación fue desapareciendo, excepto de los lugares más frescos y sombríos, como las hoces:

Tilo centenario junto a la carretera


La Hoz de Beteta se ha formado sobre terrenos pertenecientes al Secundario o Mesozoico, cuando se depositaron capas de gran potencia de sedimentos marinos, dando lugar a rocas carbonatadas como calizas y dolomías. Posteriormente estas capas han sido plegadas dando lugar a fallas geológicas y pliegues, como el anticlinal de la siguiente imagen:



La carretera que recorre la Hoz sirve para desplazarnos desde el pueblo de Beteta hasta el de Puente de Vadillos. Antes de llegar a este último atravesaremos un arco que es símbolo inconfundible de este paraje:



Pero si en vez de entrar en Vadillos nos damos la vuelta y volvemos a la Hoz, pasamos por la zona donde está la Casa de la Toba:



Vemos las paredes generadas por la erosión del río a lo largo de miles de años y observamos en ellas numerosas grutas, como la Cueva de la Ramera:




Y disfrutamos de la frondosa vegetación de ribera:



Uno de los lugares donde detener el coche es "La Fuente de los Tilos". A partir de este punto parten diversas sendas que nos conducen a la Cueva de la Ramera y por el Paseo Botánico. Para acceder a ellas hay que cruzar el puente y disfrutar de las vistas del río:





Tras cruzar el puente parte un camino hacia la derecha que nos conduce a la Cueva de la Ramera. Esta cuenta con un servicio de visitas guiadas que suele estar disponible sábados y domingos. También se puede contactar para visitar en otras fechas.



Pero hoy iremos hacia la izquierda para ver "La Fuente de los Tilos" cuya "pila" es una roca natural que fue seleccionada y llevada al lugar por Paulino Puerta, el dueño de La Casa de la Toba. Antes de llegar a la fuente dejamos a la izquierda una pequeña central que aprovecha el agua proveniente de un canal excavado en la roca para producir energía eléctrica:







Fuente de los Tilos

Pila de la Fuente de los Tilos



Por fin comenzamos a caminar por el Sendero Botánico de la Hoz de Beteta:



Discurre por una formación boscosa compuesta por tilos, avellanos (Corylus avellana), pinos (Pinus nigra), mostajo (Sorbus aria), olmos (Ulmus minor, Ulmus glabra), acebo (Ilex aquifolium), distintas especies de Rhamnus spp. y de rosáceas (Prunus avium o cerezo, Prunus spinosa o endrino), boj (Buxus sempervirens), Rosa spp.(rosales silvestres) y Rubus spp. (zarzamora)...



El suelo está cubierto, en muchas ocasiones, por una leguminosa característica de esta zona y que vemos en la imagen a la izquierda del tronco caído:



Es Ononis aragonensis var.microphylla, de flores amarillas:





Dentro de la roca discurre un canal con agua que se deja caer por este gusano de acero, que ya hemos visto en fotos anteriores, para generar energía:



Funcionamiento de la central hidroeléctrica. Foto tomada de los paneles informativos que hay en el camino.






Finalmente llegamos a la parte del Sendero Botánico que nos interesa, la pared en la que habitan las plantas carnívoras. Han construido una escalera de madera muy cómoda para acercarnos a la pared y poder observar estos pequeños habitantes de la roca:



Hablamos de Pinguicula mundi, pequeña planta carnívora de la familia Lentibulariaceae. Es una especie endémica de España y se encuentra en la Serranía de Cuenca (Cuenca y Guadalajara) y sierras de Alcaraz y del Calar del Mundo (Albacete; se pueden observar perfectamente cuando se va a ver el nacimiento del Río Mundo).

Habita en paredes rocosas de carácter calcáreo de las que rezuma agua permanentemente. Requiere un hábitat muy específico y raro por lo que las poblaciones de esta especie están aisladas unas de otras y pueden verse afectadas fácilmente por cambios climáticos y modificaciones en el régimen hidrológico.



Está clasificada como vulnerable (categoría D2) en la Lista Roja 2008 de la flora vascular española:



La pinguicula consta de una roseta basal de hojas que están revestidas de pelos glandulosos:







En su hábitat (la roca) escasean el nitrógeno y el fósforo, indispensables para el metabolismo de la planta. Por ello necesitan capturar y digerir insectos como fuente de estos nutrientes.

Para ello los pelos glandulosos de las hojas segregan una sustancia azucarada y pegajosa (mucílago) que atrae a los insectos. Estos intentan escapar y, con su movimiento, activan otras glándulas que segregan más mucílago hasta que les es imposible huir.



Las hojas empezarán a producir enzimas digestivas que digieren las partes blandas del insecto, reabsorbiendo más tarde los fluidos resultantes de la digestión. La planta no puede digerir el exoesqueleto de los insectos, por lo que quedan como estructuras vacías sobre las hojas. Estas deberán renovarse periódicamente:




He visitado este lugar muchas veces, pero ha sido el 8 de junio cuando las he visto en flor por primera vez:





Se agrupan a lo largo de las zonas por las que escurre el agua:





Podemos seguir caminando por el hermoso bosque:




Y disfrutar de los ancianos tilos:



Pero yo volví a mi pueblo, la vecina Carrascosa, disfrutando por el camino de estas almohadas de flores moradas:



2 comentarios :

  1. ¡¡Estupendo Lisa!!

    ¿no hay abedules por la zona?

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    Respuestas
    1. Gracias!!
      Pues sí, hay abedules!! aunque quedan muy poquitos y refugiados en las hoces, relicto del pasado. Pero hay. También tejos.

      Eliminar

Muchas gracias por tu comentario

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