11 febrero, 2014

Mi particular paraíso invernal

Hacía mucho que no tenía la oportunidad de disfrutar de una buena nevada. Pero hacía mucho más tiempo aún que no la disfrutaba en plena naturaleza, en algún lugar increíble, lejos de la protección del tejado y las ventanas de una cálida casa. Y ha sido maravilloso, ha sido mi propio "winter wonderland".


El domingo a las 13:00 horas ya dejábamos el blanco paisaje, como salido de un mundo de fantasía, para volver a la realidad del gris y aburrido entorno urbano:


Pero antes de dejarlo, la mañana había empezado como una simple excursión a uno de mis lugares favoritos, tanto por lo que tiene de hermoso como por la huella emocional que ha dejado en mi vida. Es un lugar mágico para mi, en medio de la nada, rodeado de cortados rocosos y con dos arroyos y tres cascadas a su alrededor. 



Nunca había tenido la suerte de estar en dicho lugar durante una intensa nevada y, según avanzábamos en nuestro camino hacia el Castillo (así se llama este sitio), los copos empezaron a caer con más fuerza y con mayor tamaño.



Dejamos el coche y comenzamos a pie. Se adivina lo espectacular del paisaje, aunque en esta ocasión, la nieve se está haciendo tan espesa que no se ve casi nada:



 Sí se escucha el sonido de la cascada de Garduña, al otro lado del valle...



Se empieza a abrir el paisaje:


 Pero la nevada se intensifica y ya no se ve nada:











Por aquí es mejor que no te caigas...

 

Ahí estoy yo con mi espléndida indumentaria, que me salva del frío y de mojarme. Como no se ve nada, no se aprecia, pero estoy asomada a una empinada ladera y a un precipicio:



Y una vez nos alejamos de los cortados y cascadas (que con tanta nieve cayendo no se ven) empieza otro tipo de magia, la de la calma, la de los gruesos copos cayendo apaciblemente entre las ramas de los pinos:

 
 






Me encanta como se enganchan los copos en la corteza:

 

 



 

Este pino siempre me marca el camino, como un viejo fiel amigo que nunca desaparece:





En fin...ya toca volver... al fin y al cabo uno tiene obligaciones que no pueden llevarse a cabo en medio del campo. Las ciudades también son interesantes, aunque en momentos como este no se las echa de menos...



 

 

 





13 comentarios :

  1. Unas fotos maravillosas... y el sonido de la nieve... casi como estar allí :)

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    1. ¡Muchas gracias José Manuel! la verdad es que el sonido que se escucha en el vídeo es el del agua de la cascada que hay abajo en el valle, que era realmente fuerte. ¡Un saludo! y muchas gracias por el comentario.

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    2. He vuelto a ver el vídeo y tienes razón, se oye cómo cae la nieve también :O.

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    3. Fíjate que yo de lo que no me había percatado era de lo más patente, el sonido de la cascada... :)
      ¡Y con la que nos está cayendo ahora, tiene que estar aún más bonito!

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    4. ¡Sí! ¡es verdad! lástima tener que estar en Madrid entre semana... ¡un saludo! :)

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  2. ¡¡Qué pasada, Lisa!! Parecen postales

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    1. Gracias Manuel Fortaleza, jejejeje, se me hace raro llamarte así :D.

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  3. Hola Lisa.

    Me encantan tus fotografías y tu sensibilidad. Y que decir de esa zona desde Carrascosa hasta Santa Cristina. Mágico aquello, y ahora con agua todo un espectáculo en mayúsculas.
    Un saludo.

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    1. ¡¡Gracias Toni!! ¡¡¡desde luego que es un lugar mágico y un espectáculo :)!!!
      ¡Un saludo Toni!

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  4. Thank you for taking us along on your magical winter drive!

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    1. I´m glad you liked it Peter!! although you must see much more snow where you live! a little is good but too much is tiring.

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Muchas gracias por tu comentario

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