Tulipanes, nuevas plantaciones y más

Esta época del año los que llenan de vida y color el jardín son los tulipanes.

Cuando comencé con el jardín me encantaban todas las plantas con flor que veía. Sin embargo he ido evolucionando, debido en parte a que las plantas son el pilar de mi profesión, hacia el gusto por la combinación de colores y texturas por medio del follaje. Esto es lo que hace que un jardín sea increíble en todas las épocas del año.

Mi jardín se divide en dos zonas claramente diferenciadas, una está en la parte delantera de la casa y se encuentra protegida por un emparrado. Es una especie de patio pavimentado, con poco espacio para plantar. Es allí donde experimento con plantas especiales que he mostrado en otros posts. Esta zona está cerrada y no entran los animales, por lo que las plantas no sufren.

La otra zona está en la parte trasera de la casa. Es mucho más grande pero en el pueblo no nos dejan cerrar el jardín con una valla por el momento. Es por ello que de vez en cuando entran las cabras y las ovejas y se lo comen todo. También las vacas han hecho sus destrozos, pero en los árboles sobre todo. Aquí da el sol con mucha fuerza en verano y se encuentra muy expuesto a las heladas. Por eso comencé con un diseño de jardín de estilo mediterráneo continental, en el que adquieren gran protagonismo los rosales y las plantas aromáticas. Pero no rosales cualquiera, solo rosales de Austin y rosales antiguos, que son los que me gustan.

Los destrozos causados por el ganado y la imposibilidad de instalar una malla anti hierbas han hecho que esta zona esté muy fea y descuidada, a la espera de poder cerrar la parcela y que el trabajo que realice no sea en vano.

En esta zona lo único que puedo hacer es disfrutar de plantas tan rústicas y fuertes como las bulbosas y rizomatosas y los rosales.
Tal es el caso de los tulipanes, que tienen unos colores preciosos.

Estos verdes  y rosas fueron un regalo de unos amigos que estuvieron en holanda. Me encantan.

Y estos amarillos y naranjas fueron los primeros bulbos que compré en mi vida:

Parece que hay un tipo de oruga que disfruta especialmente comiendo este tulipán. He encontrado el mismo tipo de oruga en varios de este tipo de tulipanes:

Es gracioso como sus "deposiciones" son amarillas, jajaja:

Más tulipanes:

Tengo un regalo en mi jardín, en forma de orquídea silvestre que ha salido de forma natural. Es autóctona:

He aprovechado esta zona, a la que llegan algo menos las cabras, para plantar mi querida ¡¡¡Mahonia x Media Charity!!!

Sus raíces son amarillas. Sospecho que se debe a la presencia de taninos en ellas, como sucede con el género Berberis, que es muy cercano al género Mahonia:

Así quedó una vez plantada:

Y cuando iba a plantar el Lupinus que compré me encontré con este amiguito: una escolopendra bien hermosa que no se detuvo a posar para mi cámara. Hay que tener cuidado ya que su picadura es muy dolorosa:

Las hojas de Lupinus, espectaculares:

La tercera adquisición y plantación ha sido una Hydrangea quercifolia, cierta persona me ha dado envidia al ver que la ha comprado y he decidido probar a ver qué tal se da en mi zona:

Volvemos a las flores. Estas son mi debilidad (Leucojum "Gravetye Giant"):

Tulipanes (Tulipa "Angelique"):

Iris:

Este Iris en concreto es nativo de Carrascosa, más bien naturalizado en la antiguedad, y se encuentra solo en un lugar en mitad del campo, de donde la gente del pueblo los coge para sus jardines:

Allium "Purple Sensation":

Asphodelus albus o gamonita. Esta planta sí es nativa de la zona y ha salido por su cuenta al lado de un pequeño tejo MUY castigado por el ganado. Da pena verlo pero no quiero quitarlo porque tiene un valor sentimental. Espero que remonte cuando nos permitan vallar la zona:

Una planta increíblemente fuerte e increíblemente suave...Stachys byzantina. Orejas de liebre creo que es su nombre vulgar. No recibe ningún riego en ningún momento del año, especialmente en verano, y prospera de manera increíble. En mi jardín el verano es muy seco y esta es de las pocas especies no nativas que lo aguantan y que además no sufren con las intensas heladas del invierno:

El manzano en flor:

Una de mis clematis preferidas: Clematis montana "Mayleen". Las cabras... sí, otra vez ellas... se la han comido, dejando solo dos tallos que están reptando por el suelo escondidos entre las hierbas:

Más tulipanes, esta vez naranjas y preciosos (Tulipa "Dordogne"):

Tulipa "Double Late":

Un Abies pinsapo pequeñito que cogí en la Semana Forestal de la Escuela de Montes, mi escuela. Ha crecido en estos tres años aunque el ganado también le ha echado mano, a pesar de que lo protegí  con un mallado:

Acer pseudoplatanus:

Y finalmente unas plantas autóctonas, que crecen por libre en mi jardín, pero que me han llamado la atención, me han gustado:

Esto debe ser algún tipo de compuesta (familia Compositae):

Resulta que nada más salir por la puerta de mi casa ha salido esto... ¡¡¡es beleño negro!!! "Hyoscyamus niger". Se trata de una solanácea anual o bianual muy venenosa. De las hojas maduras se obtiene un alcaloide llamado hiosciamina, que se utiliza en medicina como sedante y como midriático. Esta planta era uno de los ingredientes clave en las pociones para volar de las "brujas" en la Edad Media, junto con la belladona (Atropa belladonna), el estramonio (Datura stramonium) y la mandrágora. Esta poción, aplicada en la piel, hacía sentir a cualquiera que volaba.

En la Edad Media el beleño se añadía a la cerveza para mejorar sus efectos intoxicantes. También se utilizaba en la época romana como un anestesiante algo peligroso. Una esponja se empapaba en un líquido con beleño, adormidera y mandrágora para que el paciente inhalara los vapores. Con suerte se dormía y despertaba más tarde sin recordar nada, pero había que tener mucho cuidado porque si se le daba muy poco sentiría todo y si se le daba demasiado moriría.

Así que cuidado con esta planta, y por supuesto también con sus semillas, que son igual de venenosas.